miércoles, enero 11, 2006

"Goyo" Glinski, un tipazo, un amigo, un verdadero amigo

Goyo y Miguel Ángel
Goyo con el shofar


"GOYO"
Era lo que se dice un tipazo.
Un amigo, un verdadero amigo.
El que siempre estaba, en las buenas y en las malas.Entusiasta. Alegre. Optimista. Esperanzado.
Tercamente esperanzado.
A Gregorio "Goyo" Glinski, que de el se trata, lo despedimos ayer no para siempre.
Los amigos, los compañeros, los familiares, los hermanos.
Porque si alguien supo honrar las múltiples posibilidades que la vida brinda a un hombre para expresar sus singularidades, ese fue "Goyo".
Como hijo, como padre, como esposo, como hermano. Como compañero, amigo,ciudadano.
Aunque no compartimos aulas ni cursos (el iba al Nacional y yo al Comercial) para mi "Goyo" fue siempre un compañero del secundario. Y un amigo de la adolescencia, ya que crecimos, nos divertimos y lloramos juntos.
Después, ya adultos, también. Encontrándonos siempre.
Aunque creo que todo el mundo se encontraba siempre con "Goyo". Era un tipo"encontrable", esto es querible. Siempre dispuesto al intercambio, ya que era un gran conversador (que no es lo mismo que un charlatán).
Curioso. Franco. Generoso.
Respetuoso de las diferencias. Apasionado por el derecho a la diversidad. Y por la justicia, claro.
Con sus convicciones y su preciada identidad. Verdadero hijo de su pueblo. Comprometido.Tuve la suerte de conocerlo, y de compartir su afecto, sus pensamientos, sus ilusiones, sus angustias.
De estar juntos, abrazados en las numerosas situaciones que la vida nos fue proponiendo. Nacimientos y perdidas. Triunfos y derrotas. Felicidades ypesares. Como aquellas veces que afrontamos la dolorosa infamia de los atentados a laEmbajada de Israel y de la AMIA.
O como cuando él en su calidad de representante de la Colectividad Israelí, se abrazó con un miembro de lacolectividad árabe en el cierre de una las Ferias de las ColectividadesExtranjeras, en un escena de confraternidad que muchos jamás olvidaremos(salam,shalom).
O en el "Rosh Hashaná" en el que "Goyo" me distinguió con su cálida invitación. Una de las más bellas invitaciones que recibí en mi vida por cierto.
Y tantas anécdotas y vivencias. Tantas. Porque creo que para "Goyo" vivir fue un imperativo no solo biológico sinoético. Su Mitzvá. Su vida era para ser vivida, con todo lo que eso implicaba.Y ese noble fervor por la vida estuvo vigente en su existencia hasta último momento, tal cual me lo transmitió cuando hablamos por el celular hace apenas unos días.
Fue en esa charla en que, como de costumbre, quedamos en vernos en cualquier momento. Como hacíamos siempre que nos hablábamos. Quedábamos en vernos, aunque después no nos viéramos. Daba lo mismo. Porque sabíamos que estábamos y contábamos uno con el otro.
Y "Goyo" seguirá estando. Por siempre. Como la llama de la "Janucá".
Chau "Goyo" querido.
Nos estamos viendo. Chau.
Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Enero 4, 2006